Los cuidados que hay que tener para ser madre cuando se sigue un tratamiento de salud mental
Ciertos medicamentos están contraindicados en el embarazo, por lo que se debe informar al psiquiatra para planificar el proceso. El apoyo de los cercanos también es clave.
Convertirse en madre implica cambios en la vida personal. Pero para mujeres con un tratamiento de salud mental hay otras consideraciones a tener en cuenta para velar por su bienestar y el del futuro hijo. ‘En psiquiatría hay fármacos que causan problemas en el primer trimestre de embarazo, por ejemplo, estabilizadores del ánimo como la lamotrigina que pueden producir alteraciones teratogénicas al feto, es decir, deformaciones’, explica Ximena Fuentes, psiquiatra de la Red de Salud UC Christus.
Otros medicamentos en esta categoría son el carbonato de litio, el valproato de sodio y la carbamazepina, señala Jorge Cabrera, psiquiatra y past president de la Sociedad Chilena de Trastornos Bipolares. Generalmente, estos se usan para tratar a pacientes con trastorno bipolar o un trastorno esquizoafectivo, explica.
También ‘se pueden utilizar para pacientes que no responden bien a otros fármacos y que necesitan mucha estabilidad anímica como en trastornos de personalidad graves’, agrega la psiquiatra Ximena Fuentes.
Dadas las características de la medicación, ‘cuando una mujer decide ser madre y está usando alguno de estos medicamentos, deben informar a su psiquiatra acerca de su intención’, indica.
Pero también afirma: ‘Una mujer con trastorno bipolar o algún otro cuadro que requiera este tipo de medicamentos puede perfectamente ser mamá y recibir un tratamiento diferente durante este tiempo’.
Programar
Informar al médico tratante es clave. Ello permite ‘suspender los medicamentos con efectos teratogénicos, psicoeducar a la familia sobre los síntomas y buscar medicamentos alternativos para tratar a la paciente durante el primer trimestre del embarazo’, dice la doctora Fuentes. Y el psiquiatra Jorge Cabrera agrega: ‘Luego de la semana 12 las pacientes pueden volver a usar estos fármacos’.
También es importante porque ‘si ella presenta episodios de la enfermedad en una determinada época del año, como por ejemplo en primavera, se debe programar el embarazo para que el primer trimestre transcurra en otra estación’, puntualiza.
Durante el embarazo, ‘lo más importante es el trabajo en equipo. Se debe formar una tríada entre el psiquiatra, ginecólogo y la pareja o familia’, precisa Fuentes. La idea es vigilar a la paciente para observar su evolución por si hay una desestabilización del ánimo.
Si eso ocurre, ‘hay fármacos que podemos usar durante el embarazo para contrarrestarlo y solo en casos de que la crisis sea muy severa se podría requerir hospitalización en un servicio de psiquiatría’, comenta.
Las precauciones, sin embargo, no terminan con el nacimiento. Esto porque ‘las mamás que tienen alguna patología psiquiátrica se asustan mucho con el puerperio (período de posparto). Ahí necesitamos a la pareja y familia observando si es que ella presenta alguna sintomatología no habitual y ayudando en la crianza’, dice.
Cabrera concuerda, y señala que en diagnósticos como el trastorno bipolar, ‘el período de posparto se caracteriza por una alta incidencia de episodios depresivos’. Por lo que, asegura, ‘el padre tiene la tarea de hacerse cargo del cuidado del bebé durante la noche para que la madre pueda dormir la mayor cantidad de horas, ya que la falta de sueño es uno de los factores que pueden desencadenar la aparición de un episodio de manía o depresión’.
Asimismo, en términos de la lactancia, señala Fuentes, ‘hay ciertos fármacos que tienen una contraindicación y otros que no. Pero si la paciente requiere de los medicamentos contraindicados, priorizas su salud para que la guagua tenga una madre sana que la pueda cuidar’.
En ese sentido, señala Paula Trujillo, fundadora de Círculo Polar —organización para familiares y pacientes con trastorno bipolar— y madre diagnosticada con trastorno bipolar tras sus embarazos: ‘Si la madre debe dejar de lactar por retomar un tratamiento farmacológico, es importante recordar que existen otras formas de hacer apego y vínculos seguros con sus hijos. Por ejemplo, mirarlos a los ojos, el tono de voz de la madre, entre otros’.
Lo relevante a destacar, dice Trujillo, es que ‘no hay contraindicación para ser madres’.
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